Guabirá rompió una racha negativa y volvió a saborear la victoria este domingo, tras tres semanas y dos días de su último triunfo. La anterior victoria como local fue el 11 de julio, cuando goleó 5-0 a Always Ready en el estadio Gilberto Parada.
Esta
vez, la víctima fue Universitario de Vinto, al que superó por 3-0 en un partido
donde el cambio de director técnico dio resultados inmediatos. El argentino
Marcelo Straccia debutó con una victoria, cumpliendo así la conocida máxima
futbolera: “técnico que debuta, gana”.
Un
doblete del brasileño Rafinha y un tanto del uruguayo Gastón Rodríguez bastaron
para que el azucarero se quede con los tres puntos. El marcador no refleja del
todo lo que ocurrió en la cancha, ya que Guabirá generó varias opciones claras
que sus delanteros no lograron concretar.
Aunque
dirigió detrás de la malla de seguridad, Straccia mostró carácter y ordenó a su
equipo con eficacia. Más allá de la anécdota de su debut fuera del banquillo,
lo importante es que Guabirá volvió a sumar de a tres y a mostrar señales de
mejoría.
Uno
de los pilares del equipo fue Gustavo Peredo, quien cumplió 200 partidos
oficiales con la camiseta roja. Aunque Rafinha fue la figura por sus goles,
Peredo fue clave en el armado de juego y asistencias. Su rendimiento fue tan
destacado que incluso se reavivó el pedido para su convocatoria a la Selección
Nacional.
Durante
el partido, los hinchas no pasaron por alto el buen desempeño de otros
jugadores. Uno de ellos fue Da Silva, que tuvo un buen debut y opacó por
momentos a Baigorria, aunque le faltó decisión en el remate final. “Para
empezar está bien”, dijo un aficionado al evaluar su actuación.
Kevin
Mina, por su parte, volvió a dejar escapar una oportunidad clara frente al
arco. Su falta de precisión generó comentarios entre los hinchas, preocupados
por la pérdida de su instinto goleador. “Músculo que no se usa, se atrofia”,
reza un viejo refrán que parece aplicarle al ‘Torturador’, cuya sequía se hace
cada vez más notoria.
Aunque
Guabirá ganó, el rendimiento del equipo aún no termina de convencer. Lo más
emotivo de la jornada fue el homenaje a Gustavo Peredo por su trayectoria. El 7
de Guabirá es un símbolo del club y muchos consideran que lleva la ‘G’ tatuada
en el pecho, no solo por su nombre, sino por su compromiso y entrega.
Peredo
demostró dentro del campo que está vigente y comprometido con el equipo. Ahora
espera que la dirigencia valore su trayectoria, tanto en lo deportivo como en
lo económico, a la par o incluso por encima de los jugadores internacionales
que han llegado al club sin dejar mayores aportes.
*Club Guabirá.
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