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Sergio Castillo en el estadio Gilberto Parada |
Esa fue la frase emotiva que brotó de lo más profundo del
emblemático jugador que tuvo en su momento el club rojo, Sergio Castillo, un
futbolista que destacó dentro y fuera de la cancha por su entrega y disciplina;
lució con orgullo la divisa roja por siete
años.
“Yo siempre añoro para este club lo mejor y me duele
ahora saber que está en el descenso luchando por al volver al profesionalismo”,
dijo Sergio Castillo a tiempo de convocar a la unidad de los montereños en
torno al club, que en su criterio es una de las instituciones más
representativas del norte cruceño.
Después de mucho tiempo, Sergio estuvo pisando el césped
de la Caldera, cosa que lo emocionó profundamente, y no negó que algunas
lágrimas se le quisieron escapar, porque comenzaron a surgir los recuerdos de
aquellas tardes lindas de fútbol, de jugadas inolvidables, algunos goles que
gritó con toda el alma, pero sobre todo de sus compañeros de equipos. “Eso a
uno lo emociona”, declaró a Impacto Deportivo.
Sergio Castillo se ganó el respeto y la admiración no
sólo de sus compañeros, porque se erigió como gran líder, sino también de la
exigente hinchada que todavía lo recuerda con mucho cariño porque destacó como
deportista y como persona.
Después de abandonar el fútbol, Sergio se afincó junto a
su familia en Jujuy (Argentina), allí logró establecer una empresa de
transporte que él mismo administra, pero siempre pendiente del fútbol apoyando
al club de su barrio trabajando con los niños, cuenta Castillo para los amigos
que le perdieron el rastro después de deja Guabirá.
Después de mucho tiempo Sergio Castillo llegó a Montero
acompañando a dos jóvenes futbolistas de Jujuy, que en su criterio tiene
condiciones para militar en Guabirá, aclara que no llega en condición de
empresario, simplemente lo motiva el agradecimiento que tiene al club al cual
siempre tratará de retribuir trayendo futbolistas que puedan aportar a la
institución.
A Sergio le agrada la propuesta que le realizó la
dirigencia, formar parte del cuerpo técnico que dirige Fernando Ochoaizpur, sin
embargo por el momento la situación está descartada por motivos laborales.
“Sería un gran reto para mí, porque estos es lo que a uno le apasiona, quizá
para más adelante”, indicó.
Castillo comenta que nunca le llamó la atención dirigir
un equipo, razón por la cual dejó a media el curso de director técnico, siempre
me llamó más la atención ser un ayudante de campo o trabajar con los niños. En
su criterio hace mucha falta la docencia en el fútbol, particularmente en las
divisiones menores, es ahí donde los dirigentes deben enfocar más su trabajo.
En criterio de nuestro entrevistado un jugador se debe
iniciar a los 8 años de edad, esa es la etapa adecuada para poder inculcar
valores necesarios que hagan de él un buen deportista pero sobre toda una
persona de bien. Sin embargo la realidad es otra, acá los dirigentes creen que
el futbolista recién se forma a los 16 años, ese es un criterio errado,
precisó.
Sergio Castillo jugó en
Guabirá en la temporada 1995-1996; 2000-2001 y 2003. También defendió los
colores de la selección boliviana de fútbol en 1996-2001..
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